Hoy queremos acercarnos de nuevo a la naturaleza, esta vez en forma de referencia cinematográfica, y que mejor que hacerlo a través de «El Olivo» de Icíar Bollaín.
El Olivo (2016), nos trae una historia que, en palabras de la realizadora, habla de volver a creer. De volver a confiar. Porque quizá una de las mayores facturas que nos está pasando la crisis, además del obvio empobrecimiento del país, es la falta de ilusión, tan necesaria.
El abuelo y la tierra, el olivo y los amigos son los elementos que abrazan y dan calor a la historia.
«Como reconoce Bollaín: “Abuelo y olivo son lo mismo. El olivo es su raíz, su infancia, su tierra”. Y no quiere que se lo arranquen. “Lucha frente a esa pérdida, porque es luchar frente a la falta de valores. Y la crisis tiene desde luego una dimensión económica dramática, pero también una parte de que nos arrancan valores y señas de identidad”. El abuelo y el olivo representan lo que se pierde en un mundo de prisas y especulación,…
La película tiene estructura de cuento: el abuelo, la nieta y el árbol. El film no hace sino retratar la suerte que han corrido muchos de los olivos centenarios cuando no milenarios de los paisajes españoles y que han sido exportados por todo el planeta. Ahora afortunadamente ya se están tomando medidas de protección.»